Sinitaivas: Historias de Otto el Piloto por jEsuSdA.
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Pero por otro lado tenía la
sensación de que ella lo quería, y hacía muchas
cosas por él que hasta entonces nadie había hecho, y que
ella nunca había hecho por nadie antes.
Suspiró profundamente y alzó la vista, se vio reflejado
en el cristal de un escaparate, volvió a suspirar y se dijo a
sí mismo que la quería tanto que era capaz de soportar
todo aquello. Sentía miedo al pensar, que una vez más,
estaba haciendo caso a su corazón en lugar de a su cabeza, ...,
espiró entrecortadamente y volvió a sentirse
amohinado al pensar que si Cristina se veía obligada a escoger
entre él y cualquier otra pieza importante del puzzle, se
decantaría por lo segundo...
Y se encogió sobre sí mismo al pensar que tal vez
él, si se viese obligado a escoger, elegiría cualquier
otra cosa en lugar de sacrificarlo todo por ella, pues sentía
que quizá, llegado el momento, prefiriera abandonar a ser
abandonado...
Miró a su alrededor desorientado, volvió a verse
reflejado en aquel escaparate, y notó como sus mejillas
empapadas delataban unas lágrimas que no había podido
evitar dejar escapar..., respiró profundamente y pensó en
Cristina, sola en el piso, triste por la última
discusión, ..., sintió su corazón latir muy
fuerte, y sintió otra vez esa sensación poderosa que le
recorría el cuerpo y le decía que ella era lo más
importante, así que decidió olvidarlo todo,
rebuscó en sus bolsillos y entró decidido en aquella
tienda para comprarle un regalo a su amada Cristina...
Cuando Ángel recobró el conocimiento no parecía
entender nada. Le había costado mucho trabajo abrir los ojos, y
se sentía tremendamente dolorido. Intentó serenarse, pero
por alguna extraña razón no podía, y notaba su
respiración acelerada...
Intentaba recordar y se veía a sí mismo caminando
acelerado hacia el piso de Cristina, con una cajita envuelta en papel
de regalo entre sus dedos, enrojecidos por el frío del invierno.
Caminaba apresuradamente mientras se imaginaba abrazado a Cristina,
perdonándose mutuamente, sintiéndose amado, sintiendo que
la amaba, olvidando y comenzando de nuevo una vez más...
Volvió a abrir los ojos y quiso girar la cabeza, pero no pudo.
Su cara estaba sobre el suelo mojado, y al abrir los ojos por tercera
vez pudo ver un gran charco de sangre bajo su cuerpo. Se asustó,
y un triste escalofrío recorrió su cuerpo. Intentaba
hablar pero el aire de sus pulmones no parecía querer salir.
Escuchaba llantos, gente, mucha gente, gritos, voces nerviosas, y el
sonido de una ambulancia que se acercaba presurosa...
Mientras poco a poco notaba como las fuerzas le iban faltando en cada
aliento, apretó fuerte el regalo de Cristina, y dejó
escapar una triste lágrima al sentir con certeza que nunca
jamás podría dárselo...