Sinitaivas: Historias de Otto el Piloto por jEsuSdA.
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Estaba tan triste, y a la vez tan
inmensamente feliz... Era como si de pronto mi corazón se
hinchara y se viera desbordado por tanta belleza, y a la vez le
dolía latir, porque tenía miedo de perder aquello que le
hacía sentir todas aquellas sensaciones nuevas...
Tumbado en el lado izquierdo de la cama, encogido como un niño
con miedo, mantengo los ojos abiertos en la oscuridad, como intentando
ver alguna luz, alguna guía, que me indicara qué hacer o
qué decir, esperaba, sin perder la esperanza, un gesto que me
rescatara de aquella melancolía inmensa en la que, casi sin
darme cuenta, había caído...
Oí, al otro lado de la cama, sábanas que se agitaban, el
sonido de su respiración entrecortada, y algunos de los muelles
del colchón que murmuraban bajo su precioso cuerpo. Yo esperaba
impaciente el más mínimo contacto para girarme y
encontrarme frente a frente con ella, deseando ver en la oscuridad de
la noche el destello inconfundible de sus ojos mirándome,
diciéndome con su sencilla pureza que me amaban por encima de
todo...
Y sin embargo, que duros los instantes, que eternos los segundos, que
pesado cada aliento, ..., pues me seguía sintiendo solo en mi
lado de la cama, encogido, sin ninguna señal que me dijera
qué encontraría al girarme hacia ella...
Me giro, despacio, con los ojos muy abiertos, y casi me cuesta respirar
al verla al otro lado de la cama, de espaldas, separada unos
centímetros de mí, que a mí me parecieron
metros... un suspiro profundo y vuelvo a mi lugar, para llorar por
dentro, pues nunca me había sentido tan cerca de ella, y a la
vez tan lejos...
Una suave caricia, un cálido encuentro, un dulce aroma me
arranca de mi tristeza, y noto como su mano recorre mi espalda
despacio, como si quisiera llamarme lentamente para no asustarme...
Me doy la vuelta para quedarme frente a ella y a penas tengo tiempo
para otra cosa que no sea abrazarla fuerte y apretarme a ella; no
quiero que se aleje. Una leve mirada a los ojos, y mi corazón
que late fuerte porque quiere creer que me dicen que me aman tanto como
yo la quiero a ella. Y me entrego en cada beso para hacerle ver que la
amo como nunca, que quiero quererla hasta morirme, que todas las horas
del día se me antojan pocas a su lado...
Y mi corazón se hincha tanto..., que creo que no puede caber en
mi pecho, y me siento tan feliz que no puedo evitar llorar, al pensar
por un instante, que todo aquello puede acabar de un momento a otro, y
que sólo tengo un corazón para evitarlo...