Sinitaivas: Historias de Otto el Piloto por jEsuSdA.
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Había pasado todo el fin de semana
viendo los episodios de una de esas series televisivas americanas en el
que un grupo de jóvenes guapos y simpáticos parecen tener
los mismos problemas que nosotros, la gente de a pie, pero que
curiosamente suelen solventar de un modo más ágil y, por
supuesto, menos agonioso que el resto de los mortales.
Por algunos momentos desee ser uno más de aquellos resueltos
jóvenes y disfrutar de la continua compañía del
amigo guasón, siempre con un juego de palabras a punto para
evocar las sonrisas o carcajadas de la pandilla y del público
ante los malos tragos de alguno de nosotros. Desee estar enamorado de
la hermosa chica que parece inalcanzable, pero que de algún modo
acabará por caer rendida a nuestros pies en alguno de los
episodios. Desee tener un piso acogedor en el que los sofás y
sillones, frente al casi nunca encendido televisor, siempre estuvieran
ocupados por la gente que quiero. Ansié por unos instantes
sentirme parte de aquel grupo, que se tomaba tan bien los
pequeños rifi-rafes de la convivencia, y que siempre, al fin y
al cabo, permanecían unidos en los peores y mejores momentos.
Y finalmente, ya casi dormido, imaginaba mi nombre en los
títulos de crédito, que aparecían poco
después de un alentador rótulo en el que se podía
leer con claro sentimiento de alivio la palabra "Continuará"...
Luego desperté, sentado una vez más, a los mandos de mi
planeador, y como un gran dolor que anuncia un día de resaca,
vino a mi mente la idea de que aquello era pura ficción,
diseñada por un grupo de guionistas bien pagados, para atraer
como audiencia habitual a gente que, como yo, encontraba más
interesante cada uno de los veinte minutos del episodio de turno que el
resto del día fuera de la ficción televisiva.
Pensándolo bien la vida real no está tan mal comparada
con la ficción, ..., yo también tengo mi pequeña
pandilla con el amigo chistoso, el inteligente, la amiga que te
entiende y el resto del reparto...
Pero en el fondo es como si cada uno viviese su propia serie,
independiente del resto, y como no hay guionista que nos haga ponernos
de acuerdo en qué sentir y qué hacer, es normal que
sienta que cada vez me encuentro más lejos de los episodios de
la gente que me importa y a su vez sienta que dicha gente se encuentra
más lejos de mis episodios cuando más los necesito...
Y quizá lo peor sea que no puedo grabar en vídeo los
escasos buenos momentos de mi vida para repetirlos una y otra vez en
horario de máxima audiencia...
¿Continuará?...